Una de las comidas más asociadas con Nueva York es la pizza al estilo de Brooklyn y ¿dónde mejor para comerla que con vistas del Puente de Brooklyn en Juliana’s Pizza?
Se han escrito miles de artículos sobre la pizza al estilo neoyorquino, así que no estoy aquí para reinventar la rueda. Sí me gustaría decir que hay algo delicioso de la pizza neoyorquina que hace que no sea igual cuando la pides en un lugar u otro; puede que tenga algo que ver con el agua, como los famosos bagels. Dicho esto, para saborear una pizza en condiciones en Nueva York, tienes que buscar un buen restaurante para satisfacer ese mono de pizza y para nosotros, uno de esos lugares es Juliana’s Pizza en DUMBO, Brooklyn.
A lo mejor te estarás preguntando por qué no hablamos de Grimaldi’s (otra institución en la pizza neoyorquina que está justo al lado de Juliana’s). A decir verdad, se come muy bien en ambos lugares, pero nunca hemos sido muy fans de la larga cola que siempre hay en Grimaldi’s. Lo interesante es que las dos pizzerías tienen una conexión. Resulta que Pat y Carol Grimaldi (los fundadores del local original de Grimaldi’s Pizza) vendieron su tienda hace años a un antiguo cliente. Ya podéis ver que sigue en pie y con mucho éxito, pero luego Pat decidió abrir Juliana’s con un amigo como sitio alternativo de pizzería en Brooklyn. El nombre viene de la madre de Pat, Juliana ‘Julia’ Grimaldi.
No aceptan reservas, pero dependiendo del día, puedes entrar antes en Juliana’s que Grimaldi’s (o viceversa). Nosotros tuvimos mucha suerte un día que fuimos y el tiempo estaba en ese punto perfecto en que no hacía ni demasiado calor ni demasiado frío; el sol brillaba sobre la pequeña mesa de la esquina en la terraza. Nos atendieron rápidamente y la única dificultad fue decidir qué tipo de pizza pedir. Fue complicado ya que Pedro y yo tenemos gustos distintos con las pizzas, pero al final nos decidimos por una de champiñones, peperonis y una especie de butifarra. De beber una cerveza fría del estilo IPA.
Si entras dentro, el restaurante tiene una sala bastante grande, lo cual está muy bien si vas a comer con un grupo grande de amigos o familiares. De hecho había varias celebraciones de cumpleaños la última vez que fuimos. Sin embargo, lo mejor es que si continúas hasta el final del restaurante, cerca de los servicios, puedes ver donde están preparando las pizzas y como se las meten en un horno de leña. Cada pizza está hecha al momento, así que nunca tienes esa sensación de que tu porción de pizza lleva horas bajo una luz lista para recalentar.
Nuestra pizza estaba deliciosa y desde nuestra mesa se podía ver el Puente de Brooklyn y el skyline de Manhattan. Es un lugar que merece la pena tanto por su ubicación como por su pizza. De postre puedes tomarte un helado del Brooklyn Ice Cream Factory en tu mesa, o puedes dar un paseo y pedirlo en la tienda con vistas del puente. Además si quieres quemar las calorías de más tras tantos “pecados,” puedes pasear por la zona de DUMBO y luego volver a Manhattan cruzando el Puente de Brooklyn. ¡100% neoyorquino desde el principio hasta el final!
