No encantó esta apuesta cubano-mexicana; un espacio grande al aire libre, ambiente relajado y muchos eventos para las familias como cine, actividades infantiles, exposiciones de arte o música en vivo.
Nueva York no es una ciudad conocida por su buen tiempo. En invierno hace mucho frío, en verano hace un calor húmedo y las estaciones de primavera y otoño amenazan con lluvia según el día. Con el clima en mente, casi no tiene sentido abrir un restaurante que depende del buen tiempo, pero es justo lo que han hecho con Habana Outpost en Brooklyn y ha sido un acierto total. Este restaurante sirve comida mexicana-cubana como tacos, quesadillas, bocadillos y nachos, así que tiene muchas opciones para compartir.
El restaurante tiene una parte interior pintada en colores vivos y arte mexicano. La idea de este restaurante, que forma parte de una mini cadena junto con un local en la zona de NoLita en Manhattan y otro en Miami, era usar la buena comida para crear comunidad en Brooklyn. Habana Outpost lo ha conseguido con un ambiente muy relajado, un espacio grande al aire libre y muchos eventos para la familia como una hora de manualidades para los niños los fines de semana, un desayuno para madres y bebés o sus noches de cine al aire libre.
Nosotros visitamos el Habana Outpost en el penúltimo día de la temporada, pero tenemos ganas de volver cuando haga mejor tiempo porque la verdad es que es divertido hasta pedir la comida en este restaurante cruzado con food truck, aparcado permanentemente en una esquina de Brooklyn. Al entrar haces tu pedido y te dan un papelito para entregar en la parte “food truck” del patio, que tiene el aspecto de un camión como los que perfectamente podrías ver en las calles de México o en muchos barrios de Nueva York vendiendo comida. Dentro tienen una cocina normal para preparar tortillas y tacos de forma casera.
Cuando la comida está lista te llaman por tu número y te la llevas a tu mesa en una bandeja. En nuestro, caso pedimos una cerveza mexicana y las quesadillas de pollo con los chips y salsa. La comida estaba muy rica y se nota la calidad del producto ya que sería fácil llenar la quesadilla de queso con un par de trozos de pollo. El caso es que el pollo estaba en su punto, bien cocinado con especias y había mucho más pollo que queso, por lo cual nos llenamos y salimos con la tripa contenta.
Lo que más nos ha gustado del Habana Outpost, aparte de su filosofía afín con las familias y amantes de la comida mexicana y cubana de todas las edades, es su compromiso con el medio ambiente. El restaurante fue uno de los primeros en Nueva York en operar usando la energía solar. Es más, tienen una organización que se llama Habana Works y patrocinan proyectos de la comunidad para educar y motivar a la población de Brooklyn en el cuidado del planeta. Por ejemplo, han creado un jardín de la comunidad que utiliza el agua recogida de las lluvias para cuidar de las plantas que son autóctonas. Está claro que este sitio no tiene nada que ver con el típico restaurante mexicano que te da unos tacos y chips de bolsa sin pensarlo dos veces.
Recomendamos Habana Outpost por su ambiente familiar, sus colores vivos y alegres, y su comida rica, pero sobre todo por su compromiso con la comunidad, algo que compartimos cien por cien. Hace falta la iniciativa de más negocios involucrados con la sociedad y con dar lo mejor de sí (y si encima nos van a organizar noches de cine de verano y eventos para disfrutar de una cerveza fría al aire libre en pleno verano en Brooklyn, ¡tienen un sí rotundo de nuestra parte!). Alégrate el día.