Este es tu sitio si te apetece probar el típico brunch neoyorquino, con porciones bastante grandes, bebidas, batidos o postres que derrochan creatividad, buen servicio y un ambiente realmente divertido.
Vamos a ser sinceros, hemos venido a probar los batidos. Mom’s Kitchen & Bar fue uno de los primeros restaurantes en Nueva York que hizo los batidos “locos” con caramelos, un montón de nata e incluso palomitas caramelizados encima. Yo había tomado el brunch en el local de Astoria en Queens, pero fue hace años antes de que nos volvimos locos con Instagram y las fotos de nuestras comidas y postres, así que cuando abrieron un local en Hell’s Kitchen (Midtown Manhattan) decidí que era el momento de volver.
Nosotros fuimos a Mom’s Kitchen & Bar entre semana, a la hora de comer, así que no tuvimos que esperar para una mesa. La decoración es moderna con un suelo de azulejos blancos y negros pero lo que más nos ha gustado es una ventana gigante que abren cuando hace buen tiempo para que puedas sentarte en la “barra” y observar a la gente pasar por la calle. También tienen unas cuantas mesas al aire libre, pero nosotros elegimos sentarnos dentro ya que era más tranquilo.
Como dije al principio, mi motivo principal para volver a Mom’s eran los batidos, así que tuvimos que elegir uno que nos iba a gustar a todos ya que un batido podría ser una comida de por sí. Al final elegimos uno que se llamaba Mr. Snuffleupagus (así se llama uno de los personajes de Barrio Sésamo en la versión americana). El batido era de sabor chocolate y crema de cacahuete con nubes, pepitas de chocolate, nata montada y un Reese’s Peanut Butter Cup encima. Cuando llegó a la mesa sacamos las fotos de rigor para las redes sociales, y no fuimos los únicos haciendo eso. He visto a otra chica que llevó su batido a otra parte del restaurante para fotografiarlo con los azulejos blancos y negros como fondo.
De comida Pedro pidió un sándwich de pescado con patatas fritas y yo pedí un sándwich de pollo frito con ensalada. También tienen opciones para tomar sopa, ensaladas y platos combinados. La carta no tiene tantas opciones como un diner tradicional, pero sí hay algo para casi todos los gustos. A mí me ha gustado que se pueda elegir entre patatas fritas o ensalada con el sándwich, ya que después de comer en restaurantes durante tres o cuatro días te empiezas a cansar de comer patatas como acompañamiento en cada plato.
Toda la comida estaba muy rica pero las porciones son grandes, así que si no tienes mucha hambre te aconsejo pedir un plato para compartir. El servicio era muy bueno y no tardaron mucho en traernos la comida. También debo decir que entre tres personas (dos de ellos muy aficionados de los batidos y los dulces) casi no pudimos acabar el batido. Estaba muy bueno, pero ¡también llena un montón! Hablando de bebidas, Pedro (que no es muy de postres y batidos) pidió una cerveza y era enorme, así que eso también se podría compartir si a dos personas les apetece lo mismo.
Mom’s Kitchen & Bar es una opción perfecta si buscas un brunch neoyorquino o un batido “Instagrameable.” Es un local divertido, con buena comida y buen servicio, además de un ambiente tranquilo entre semana. Si vas para el brunch un fin de semana a lo mejor tendrás que hacer cola (sobre todo si quieres sentarte fuera) pero es todo un clásico y estamos contentos de ver su expansión hacia Manhattan. Suena bien, ¿verdad?